“Un abrevadero, una cámara y un sueño"

cómo descubrimos la vida oculta del cerro de Tlajomulco

Nunca imaginamos que cavar un hoyo en la tierra nos conectaría tanto con la vida silvestre de nuestro municipio. Somos estudiantes del Colegio ALFA, y desde noviembre de 2024 emprendimos una aventura que cambió nuestra forma de mirar el entorno: el Proyecto de Monitoreo de Biodiversidad en un Cerro de Tlajomulco de Zúñiga, Jalisco, usando cámaras trampa.

Todo comenzó con una idea sencilla en la clase de biología: crear un abrevadero para atraer fauna y observarla. Lo que no sabíamos era cuánto esfuerzo requeriría. Cavamos, cargamos agua en garrafas de 20 litros bajo el sol, y fuimos mejorando la estructura hasta construir un abrevadero permanente con cemento y ladrillos. Luego instalamos la cámara trampa… y esperamos.

Las primeras imágenes fueron mágicas. Un mapache curioso, un coyote, un carpintero mexicano. Cada foto era una pequeña revelación. Subíamos las imágenes a iNaturalist, donde biólogos y naturalistas confirmaban nuestras observaciones. Aprendimos a identificar huellas, excretas y comportamientos gracias al apoyo del biólogo Luis Alberto Cayo Fernández, quien nos capacitó con verdadera pasión.

El proyecto nos enseñó que con pocos recursos pero con compromiso se puede generar ciencia real. Descubrimos linces, zorrillos, aves hermosas como el picogordo azul o el cuclillo canelo. Más allá de los datos, aprendimos que el equilibrio ecológico depende también de nuestra curiosidad y respeto por la naturaleza.

Hoy, al mirar las fotos captadas, sentimos orgullo. No solo registramos especies, sino que registramos una experiencia de trabajo en equipo, esfuerzo y amor por la biodiversidad de Tlajomulco.